Historia Contemporánea
Flor D'silva.
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Militar
y político venezolano. Isaías Medina Angarita nació en San Cristóbal, Venezuela
el 6 de julio de 1897, estudió en su ciudad natal y a los quince años ingresó
en la Escuela Militar de Caracas, de la que salió en 1914 con el grado de
subteniente. Ejerció en un regimiento de infantería, y al año siguiente fue
ascendido a teniente y a capitán en 1917.
En 1927
recibió el rango de teniente coronel y trabajó como profesor de español y
educación física en la Escuela de Aspirantes a Oficiales, en las Escuelas
Federales y en otras instituciones educativas de la capital. Durante sus años
de docencia entró en contacto con los grupos liberales que surgieron por
entonces en la universidad venezolana. Se relacionó con intelectuales liberales
en torno al Grupo Atenas y al Club de los Siete, de los que fue miembro.
Posteriormente
fue designado Jefe de Servicio de la Dirección de Guerra del Ministerio de
Guerra y Marina, donde inició su colaboración en el general Eleazar López
Contreras. El 1 de marzo de 1936 Isaías Medina Angarita ocupó la cartera de
Guerra y Marina en el gobierno de Eleazar López Contreras. Durante sus años
como ministro (1936-1940), Medina fue acusado de fascista y hecho responsable
de todos aquellos actos antidemocráticos que perpetraba el gobierno de López
Contreras. Por el contrario, cuando éste ponía en práctica alguna medida
respetuosa con el estado de derecho, se decía que lo hacía "a pesar de
Medina". Por ello, cuando en marzo de 1941 presentó su candidatura a la
Presidencia de la República por el Partido Popular, Medina arrastraba una
ominosa fama de anti demócrata.
Su
principal rival en el camino hacia la presidencia era el independiente Rómulo
Gallegos, apoyado por el Partido Demócrata Nacional en la clandestinidad.
Aunque los comicios no eran directos, ambos candidatos emprendieron una ardua
carrera electoral. El 28 de abril de 1941, el Congreso eligió presidente a
Medina para un mandato de cinco años por una abrumadora mayoría.
Su
elección fue acogida con gran recelo por la opinión pública venezolana, que
temía el inicio de una nueva etapa de dictadura militar. Sin embargo, su
mandato se caracterizó por la profundización en la apertura democrática
iniciada durante el gobierno de su predecesor. Los partidos políticos fueron
legalizados: entre ellos, Acción Democrática (anterior Partido Democrático
Nacional), que comenzó a liderar la oposición, y el Partido Comunista,
legalizado en octubre de 1945. El gobierno de Medina respetó las libertades
fundamentales y permitió un intenso juego electoral, tanto local como federal.
Se aprobó una reforma electoral que concedió el sufragio femenino y permitió la
elección directa de diputados.
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La liberalización del régimen constitucional que
realizó este presidente hizo posible la legalización de nuevos sindicatos y la
consolidación de los ya existentes. Ello provocó una lucha política por el
control de las uniones obreras entre Acción Democrática y el Partido Comunista.
Isaías
Medina Angarita emprendió importantes medidas de bienestar social, como la
promulgación de una legislación de seguros sociales, la fijación de salarios
mínimos o la reforma de la legislación laboral. Una de sus medidas más
significativas fue la firma de un convenio colectivo de la industria petrolera,
que intentaba compensar a los trabajadores de este sector por la eliminación de
sus sindicatos. Promulgó una ley de reforma fiscal tendente a garantizar una
distribución más equitativa de las cargas impositivas, y emprendió la reforma
del sector petrolífero (Ley de Hidrocarburos, 1943), así como una tímida
reforma agraria (1945). Asimismo, trató de modernizar el sistema educativo
venezolano, extendiendo la enseñanza obligatoria, creando nuevas escuelas y
facultades universitarias y aplicando programas de alfabetización que redujeron
de manera espectacular el analfabetismo.
A pesar
de estas medidas de liberalización, Medina mantuvo un régimen marcadamente
personalista y preservó el dominio de los grandes latifundistas y financieros
sobre los recursos económicos del país, al igual que la corrupción que dominaba
su administración. La riqueza generada por la exportación de crudo a partir de
1940 sirvió para alimentar una exuberante burocracia que paralizó las
estructuras administrativas de la democracia venezolana y permitió a Medina
emprender grandes obras suntuarias.
Dicho personaje obtuvo el triunfo del Partido Popular Venezolano en las
elecciones municipales de 1944, pero el 18 de octubre de 1945, en vísperas de
las elecciones presidenciales, fue derrocado por un golpe de Estado encabezado
por los jóvenes militares del grupo Unión Patriótica Militar, apoyados por el
partido Acción Democrática. Esta formación política justificó el derrocamiento
del presidente constitucional por las restricciones a la libertad política y
por la negativa de Medina a promulgar el sufragio universal, directo y secreto.
Sin embargo, los intereses económicos de las grandes compañías petrolíferas y
del departamento de estado norteamericano estuvieron estrechamente relacionados
con la caída del presidente. Medina fue la víctima de una
insurrección contra un sistema de gobierno que él heredó, democratizó y
modernizó. El nuevo gobierno decretó su expatriación y se estableció en Nueva
York (Estados Unidos). Rómulo Betancourt lo sustituyó al frente de la
presidencia.
El 8 de
mayo de 1952 Medina Angarita sufrió una trombosis que le produjo una hemiplejia
lateral. Pocas semanas después se le permitió regresar a Venezuela, donde murió
al año siguiente a consecuencia de un aneurisma cerebral el 15 de septiembre de 1953 en Caracas a la edad de 56 años.